Perú

“Perucetus colossus”: conoce a Mario Urbina, peruano que descubrió al animal más pesado de la Tierra

El excepcional hallazgo, que ahora se exhibe en Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, permite proyectar que el enorme animal, más grande que la ballena azul, pesó aproximadamente 199 toneladas, las que se encontraban distribuidas a lo largo de 20 metros de longitud.

Mario Urbina descubrió en 2013 los primeros restos del gigantesco animal, mientras trabajaba por la zona de Samaca en busca de restos de cetáceos primitivos.

Esta semana la comunidad científica internacional se ha visto removida por un hallazgo paleontológico colosal: el Perucetus colossus, el esqueleto animal más pesado de todos los tiempos y que perteneció a un cetáceo que habitó Ica hace 39 millones de años. El descubrimiento, que ha dado la vuelta al mundo, fue cosecha del investigador Mario Urbina, un personaje sin duda fascinante.

Paleontologist Mario Urbina poses for a photo next to the vertebrae of a newly found species named Perucetus colossus, or “the colossal whale from Peru”, during a presentation in Lima, Peru, Wednesday, Aug. 2, 2023. The bones were first discovered more than a decade ago by Urbina from the University of San Marcos’ Natural History Museum. An international team spent years digging them out from the side of a steep, rocky slope in the Ica desert, a region in Peru that was once underwater and is known for its rich marine fossils. (AP Photo/Martin Mejia)

Posteriormente, reunió a varios científicos para que identifiquen el extraordinario fósil, que consta de 13 vértebras y cuatro costillas; así como una parte de la pelvis. El nuevo hallazgo del paleontólogo Mario Urbina es uno de los más valiosos e importantes del mundo y ha sido publicado por la prestigiosa revista Nature.

No ha estudiado Paleontología, pero asegura que todos los días hace Paleontología. Mario Urbina Schmitt (60) es un cazador de tesoros en el desierto.

En 2019, descubrió también el fósil de la única ballena de cuatro patas de Sudamérica. En aquella ocasión, la Agencia de Noticias Andina, le realizó una entrevista que reproducimos ahora y que descubre a un hombre fascinante, totalmente apasionado por lo que hace.  

Llegó presuroso y algo despeinado al Departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde su «socio» de aventuras en el desierto, el paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi explicaba los primeros alcances del asombroso hallazgo.

«Estaba picando rocas», se justificó don Mario mientras observa fijamente las cámaras (fotográfica y de video) y advierte: «Soy enemigo de las cámaras, a mí solo pregúntenme cómo me llamo”.

Sin embargo, su simpatía a flor de piel y facilidad de palabra afloraron, y rápidamente ya estaba en el encuadre perfecto de las cámaras, listo para contar sus experiencias en la colecta de fósiles, muchos de los cuales «decoran» cada rincón del Departamento de Paleontología de Vertebrados.

“La primera vez que encontré un fósil fue de casualidad. Solo había encontrado astillas hasta que alguien me enseñó; ahora los encuentro porque ya sé cómo y dónde buscar, de qué época son las rocas, eso también me ha costado […]. Soy un monstruo en eso, nadie me gana”, aseveró a la Agencia Andina.

Y es que cuando a don Mario —no acepta ningún título porque su formación ha sido en el campo, a las justas acepta el don— se le “mete algo en la cabeza, no paro hasta conseguirlo”. Es tan hiperactivo que apenas duerme tres horas y a las 4 de la mañana ya está en pie para ir a la caza de tesoros. La historia de la ballena de cuatro patas está por comenzar.

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